miércoles, 4 de enero de 2017

En los linderos de la mendicidad energetica

La gasolina no se da en los arboles, y si se diera, haría falta agricultura para obtenerla. Como muchos otros bienes se obtiene por procesos industriales. La forma de reducir su precio en una economía de mercado es reduciendo su costo de producción y ampliando su disponibilidad. Algo que pasa por reducir sus costos asociados como transporte y distribución. En el caso mexicano habría que reducir también su carga fiscal. Pero con un numero limitado de refinerías operadas mediocremente por un sindicato podrido y con un gobierno hipercorrupto que nunca supo desarrollar I+D cuando hubo recursos para ello, seria ingenuo esperar algo distinto a los aumentos.

Hace mucho que pudimos migrar a tecnologías no dependientes de fluctuaciones de insumos importados. O por lo menos pudimos tener un programa de desarrollo de capacidades de refinación basado en la realidad. La inexistente refinería bicentenario ya estaría lista y la demanda de gasolinas no dependería de mover petroleo a Estados Unidos y gasolinas de vuelta a México.
Nuestra lumpenburguesia (1) tampoco ha hecho mucho por el asunto. Su poder no esta en el desarrollo tecnológico de los medios de producción (Hablamos de una burguesía mediocre y dependiente) sino en la explotación de l@s trabajadores, por eso el enfoque es culpar de todo a los extranjeros y valerse de la bandera de la competencia neoliberal contra China para estancar el salario.

Y de la mano de la base tecnológica viene la base cultural de las ciudades. Un urbanismo mediocre y horrendo con monstruosidades como los segundos pisos, las carreteras urbanas, el trafico eterno, los "viene-viene", los microbuses y "chimecos". Los paraderos con olor a orines y venta de tacos en el mismo espacio, los tiempos de traslado comiéndose la vida de la gente y la desigualdad lacerante del capitalismo expresada en la convivencia en el trafico de los automovilistas de todos presupuestos con el infame transporte publico. Una ciudad pensada para el auto que se comió en 30 años todo el norte del estado de México arrasando a su paso todo lo silvestre y agrícola que había ahí. El plan a futuro es mas humo, mas carreteras y un aeropuerto construido con sangre en el ultimo reducto que podia tener un lago. Para los adictos a las gasolinas, la producción de alimentos puede estar a miles de kilómetros sin que importe, el cambio climático es cosa de hippies y lo importante es que emulando a los vecinos gastemos recursos como si no hubiera un mañana así sea a costo de abandonar la inversión en desarrollo

Y del lado de la sociedad no hay mas que lamentos y mitos. Los que quieren regresar a las políticas de los años 70´s de la mano de un dinosaurio de esa década sin mencionar que hoy sabemos el costo ambiental del consumo de combustibles; los que en su ignorancia inventan maldad en la tecnología sin diferenciar entre tecnología y economía a la hora de recibir el embate del capitalismo. Nada de manufactura 3.0 (2) de repensar la producción eléctrica desde lo social (3, 4, 5) o de ver la producción mas allá de los limites del extraccionismo (6, 7). La tecnología y su desarrollo seguirán siendo un producto de importación mientras no se establezcan modelos de producción que superen a un estado corrupto, una burguesía mediocre y una sociedad refugiada en el folclor. Mientras tanto la exigencia social es a que los ladrones de siempre repartan recursos públicos para consumir combustibles contaminantes sin preocuparse por nada mas. Los agujeros presupuestales no serian resueltos por esa sociedad del mismo modo que no son resueltos por esa clase política voraz y mediocre.

Hace falta reinventarlo todo, pero no callando por encubrir sectores a la hora de repartir culpas.

Potencial solar de la República Mexicana