viernes, 5 de mayo de 2017

#SiMeMatan...

A Lesby Berlin



Hace casi dos décadas, viví en Cd Juarez. Para mi en esos años, era una oportunidad de huir de la Cd Monstruo y de todo lo que había salido mal aquí; Cd Juarez era desde hacia tiempo una especie de ultimo refugio para parias de todo el país, allí me encontré a mas de uno que tras alguna fuerte derrota en su vida pasada, encontró un poco de tranquilidad. Pero ese oasis de los inadaptados no era universal ni estaba libre de peligros.

 En ese año ya se había forjado la terrible historia de los feminicidios en Juarez. Ya estaba en la cárcel "el egipcio" y ya habían arrancado confesiones mediante tortura a los chóferes apodados "la foca" y "el cerillo". Durante la temporada que estuve ahí no se registraron nuevos hallazgos de cadáveres en el desierto, pero por mis excursiones a la zona, entendí que tal vez eso fue fortuito. Las miles de pequeñas dunas en el desierto juarense bien podrían seguir ocultando las atrocidades que ocurrieron. Eso y un reportaje de un cementerio para desconocid@s en Arizona me hacen pensar hasta hoy que las dimensiones de la tragedia siguen sin ser conocidas con certeza.

Lo notable de los casos en Juarez fue que en muy pocos se logro determinar un móvil y encontrar un culpable, estaba la evidencia de que en casi todos los casos se trato de secuestros y agresiones sexuales que terminaban en el homicidio de la victima. Pero la frecuencia de los casos nunca encontró un porque.
Memorial a las mujeres asesinadas en Cd. Juarez


Años después la guerra llego a Juarez y entre la violencia que se daba, siguieron los feminicidios. Mientras esto pasaba la Cd Monstruo mantenía su estadística de 2.5 asesinatos por día. Una cifra constante que damos por hecho en nuestro hormiguero urbano. Pero entre esos números empezaron a emerger las constantes de la violencia de genero, en los últimos 6 años llevamos unos 300 casos de feminicidios solo en lo que fue el D.F.  y muy frecuentemente nos encontramos con el dato de que el asesino era pareja o cercano de la victima. Ahi esta por ejemplo el infame Jorge Humberto Martinez el "matanovias" aun prófugo después de su ultima fechoría en Santo Domingo, justo al lado de CU. La violencia machista llevada al limite, mujeres aterradas que terminaron muertas por la mano infame de quienes decían quererles.

"El matanovias" en la casa de su ultima victima.

Y alrededor, el EdoMex la tierra castigada por todos los males, las calles y colonias forjadas en la ley del mas fuerte. Ahí los feminicidios superaron en unos años todos los registros previos de todo el país junto. En callejones, barrancas, canales de aguas negras, campos deportivos, arenales, en todos los rincones aparecieron cadáveres de mujeres. No es una acción coordinada, es una epidemia de machismo asesino que lo consume todo.

En esa voragine se registraban ya desde 2006 casos como el de la profesora Sara Carrillo Sanchez  de la FES Aragon, asesinada en su casa en Nezahualcoyotl en un hecho menospreciado por la UNAM que se limito a desmarcarse del caso. Como lo ha hecho en todos los casos de denuncias de acoso que sus alumnas se han atrevido a denunciar.

Y ayer, el enésimo hallazgo macabro en CU y la infame respuesta de la PGJDF-CDMX algo que no fue una metida de pata sino una muestra de la brutalidad y violencia de quienes están ahí. Por fuentes cercanas y por ser habitante de la Ciudad, puedo decir sin rodeos que los policías son pandillas de ladrones violentos amparados por la institución. Sus vidas familiares están marcadas por la agresión a sus parejas, hijos e hijas. Quien haya escrito los twits sobre el caso era el arquetipo de pensamiento policial. Haciendo una remembranza se pueden equiparar esos mensajes a la declaración de Calderon sobre la masacre de Villas de Salvarcar: "si los mataron es porque en algo andaban".

Aun no sabemos como fue que Lesby Berlin termino de esta manera, pero la respuesta de la sociedad ha sido la que se podría desear de una comunidad que se niega a aceptar ese trato violento donde la culpa es siempre de la victima. Los imbéciles que atacaban a @plaqueta o revictimizaban a Karla luego del accidente en Reforma, podrían estar viviendo el fin de sus momentos de fama si esta tragedia logra impulsar el fin de la cultura machista enquistada en la sociedad.

También se puede decir que mirando al activismo universitario y a los movimientos sociales, a su interior hay mucha violencia  machista. Lo único que se puede esperar es que los propios  movimientos sociales se decidan a abandonar sus practicas de violencia de genero. Si no volvemos a oír en una marcha los acosos a las mujeres. Si nos despedimos de los ataques al feminismo. Si apostamos de verdad por la defensa de todos los derechos para todos y todas. Entonces podremos decir que algo hacemos para que esto no vuelva a ocurrir.



#SiMeMatan es hoy la denuncia de todas ellas que se saben bajo riesgo de muerte por su condición de mujeres. Y la forma de solidarizarse con las victimas de nuestra peor carta de presentación. Ojala sea también la pieza que permita articularnos contra esa violencia.