"Lo estamos viendo en el caso de estos créditos, pero así van a ser también los créditos para vivienda, de manera directa, sin intermediarios, para que el que reciba un crédito de vivienda nos ayude a administrar bien su crédito, que ahorre, que compre a buen precio los materiales de construcción, que contrate para darle trabajo a maestros albañiles, a trabajadores. Y sentimos que de esa manera les va a rendir más el crédito, ya no necesariamente tiene que ser una empresa a la que le da el dinero, muchas veces con ese mecanismo pierde hasta más de la mitad de su crédito, porque la casa, el departamento que le entregan vale más de lo debido, de lo que realmente cuesta, por la corrupción; o se hace una unidad habitacional en barrancas, en zonas apartadas. Y si lo hace el beneficiario va a ser mucho mejor. Esto es un cambio. ¿Por qué no se actuaba así? Por la corrupción. Y se justificaba o se utilizaba como excusa, como pretexto, que la gente no tenía conocimiento técnico y que necesitaba la asesoría de los ingenieros, de los arquitectos. Es como cuando se hacían los caminos rurales en Oaxaca, que manejaba el gobierno una institución el dinero y no le entregaban a los gobiernos municipales de usos y costumbres porque decían que no tenían capacidad técnica para hacer un camino, los herederos de quienes construyeron Monte Albán y Mitla, y son los de los mejores trabajadores de la construcción del mundo, no tenían capacidad para hacer un camino. Ya se demostró, se les entregaron a ellos los fondos. Caminos bien hechos, a bajo costo, se da empleo a la comunidad, sin corrupción, hasta devuelven lo que les sobró."
Esta perorata infame no es nueva y solo pone en evidencia la tremenda irresponsabilidad y el mundo de fantasías donde vive el inquilino de palacio. No es una postura única, el difunto artista Francisco Toledo tenia episodios de integrismo similar, tras los sismos de 2017 el también activista todologo, se lanzo a criticar la reconstrucción de la ciudad de Juchitan antes de que esta arrancara. en entrevista con La Jornada apenas 10 días después del sismo dijo:
"No podemos tener en el Istmo casas como las que a veces construye el Infonavit, que se hacen con materiales que no son de la región. No queremos eso para Juchitán. Aquí tenemos tejas, vigas, morillos que pueden servir. Tal vez sea un poco más caro, tal vez no se pueda construir tan aprisa, pero no queremos que se destruya o cambie la arquitectura vernácula y popular del Istmo. No estoy seguro de que las casas que han ofrecido construir sean las que queremos. Sé que ahorita lo que necesitan las personas es un techo, pero en definitiva las construcciones tipo Infonavit no van ni con el clima. Deben pensarlo muy bien antes de continuar demoliendo y planeando viviendas que no van."
Este episodio era una muestra de ignorancia, integrismo y autoritarismo. Juchitan, una ciudad con un amplio uso de técnicas de construcción tradicional y diseños vernáculos, reporto por si sola 45% de los muertos a nivel nacional del sismo del 7 de septiembre de 2017. Las casas de adobe y madera resultaron totalmente incapaces ante un sismo. Por otra parte Infonavit no construye casas, otorga créditos. Y si bien seria muy saludable trabajar con modelos de arquitectura participativa como los que desarrolla la arquitecta argentina Mariana Enet. Eso no es lo que defendía Toledo, el quería imponer que la reconstrucción se hiciera con materiales, técnicas y practicas tradicionales, aun cuando eso causo la tragedia de la ciudad.
Sobre la fantasía de creer que esta clase de transferencias están libres de corrupción, son eso, fantasías. No hay mecanismos de supervisión y todo queda en la confianza irracional depositada en las personas. Por otra parte esta la increíble ineficiencia en esta practicas, el caso mas sonado, fue la inauguración de un tramo carretero de solo 8 kilómetros que demoro un año en su construcción. Un plazo ridículo si comparamos que solo en el sexenio de Calderon se construyeron o renovaron 22,000 kilómetros de carreteras, una media de 10 kilómetros diarios.
Pero esta barbaridad integrista es selectiva, los proyectos emblema del régimen no recurren a estas fantasías. Se construyen por empresas transnacionales con presupuestos gigantescos y una opacidad criminal. La joya de la corona es la refinería de Dos Bocas, el ecocidio perpetrado ilegalmente desde septiembre de 2018 y que ha transformado un manglar y una selva en un desierto en menos de 2 años.
La secretaria Nahle presumiendo la desertificación de un manglar |
Independientemente de las contradicciones y absurdos en que opera el discurso oficial, tenemos una industria de la construcción consolidada y capaz, Tenemos también la necesidad de mejorar el marco regulatorio y los criterios de construcción a nivel nacional. Pero la comunidad de profesionales de la ingeniería y arquitectura del país es notable por sus logros. Tenemos desde ejemplos históricos como algunos de los primeros rascacielos de Latinoamerica, obras discretas pero funcionales como los puentes carreteros o grandes espacios como los modernos corporativos comerciales.
Un tema aparte es la experiencia en la imposición de obras desde el poder, ya durante su paso por el gobierno de la Ciudad de México, el actual inquilino de palacio impuso la construcción del segundo piso del periférico. Una obra faraonica que consumió una década de recursos públicos de movilidad. Y cuya existencia solo impacto en un mínimo porcentaje de la población. En ese episodio se recurrió igualmente a empresas capaces con ingenieros y arquitectos, nada de fantasías integristas ni técnicas artesanales.
Otro episodio nefasto de la relación del poder con la construcción (o con la no-construcción) son los casos de corrupción y fraude para obtener créditos de vivienda. Algunas de las peores practicas relacionadas han sido obra de tribus del PRD y luego de MoReNa, tenemos historias como la de la hoy diputada federal, Dolores Padierna, quien recibió dinero como enganche para viviendas que jamas se construyeron. Dentro del universo de corrupción de los partidos en México, el lucro con proyectos de vivienda ha sido una practica común de mas de un personaje del actual gobierno y el partido en el poder.
La experiencia histórica nos revela que como en el momento actual, las fantasías de glorificar el trabajo artesanal en la construcción se dejan para la propaganda a sectores vulnerables. En el fondo toda esta demagogia es una forma de negar a la gente mas necesitada el acceso a profesionales en su proceso de construcción. Esta barbaridad puede costar vidas, y específicamente, vidas de las personas mas pobres.
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