martes, 1 de agosto de 2017

El pantano de Venezuela

Estamos ante un pulso, tal vez final, entre el chavismo sin Chavez en una etapa de crisis casi total, contra la oposición neoliberalista en plan de choque. La apuesta al desgaste no funciono, ni para unos ni para otros, subir la apuesta de la violencia tampoco. Pese a los muertos, no ha caído el gobierno aunque cada día tiene menos apoyo y menos mercado para su único producto, el petroleo. Pese a que sigue teniendo un margen de operatividad estatal y sus apoyos sociales no han caído en picada como esperaban sus opositores, la pregunta real es si lograra sobrevivir y si lo hace, a costa de que lo hará.


Chavez verde, Chavez rojo, Chavez negro

No podríamos entender el caso venezolano sin revisar al lider del movimiento, un exmilitar indignado que llego en un momento clave. Se pueden reconocer en el tres momentos que iconicamente se reflejan en sus uniformes, el Chavez Verde es el militar pasado a la política que intenta administrar un estado con las normas de un ejercito, esta teoría administrativa es funcional en ciertos contextos, pero cualquiera que se dedique a organizar grupos de trabajo sabe que no da para mucho. En un inicio se rodeo de todo y de todos, los personajes que aun hoy siguen en el barco fueron seleccionados por el y cuando las cosas se complicaron, trato de resolverlo como se resuelve un tema militar, poniendo al mando a un oficial cercano. Pero junto a los temas económicos de siempre, crecían dos problemas significativos: La corrupción y la delincuencia. El Chavez verde es pese a todo, el mas dinámico, el mas carismático. Aprovecha la situación internacional y se expresa libremente en temas espinosos. Se vuelve un dolor de cabeza para Bush Jr, desabarranca el ALCA, impulsa un giro político en el sur de América y gana apoyos honestos en todo el mundo. Pero también se demuestra incapaz de plantearse un modelo de industrialización propio, depende de un puñado de empresas privadas que alimentan a Venezuela y no logra presionar a la OPEP para dar el paso que garantizaría la supervivencia de su estado: anclar el precio del petroleo. El Chavez verde es también el hombre rescatado por su pueblo y su ejercito de aquel golpe fallido de esa derecha que anhela una latinoamerica que sea toda como su imagen idílica de Miami. Pero también el que padece las intrigas palaciegas, los pleitos entre sus cercanos.

A este Chavez, le sigue el Chavez rojo, el comandante que trata de resolver los problemas mediante la lógica del mando vertical, aquí es que se funda el PSUV y dan inicio las expropiaciones. Estas deben ser entendidas como una muestra de incapacidad para crear empresas sociales. Los militantes del chavismo hasta hoy han tenido un mínimo de experiencias productivas exitosas porque están mas enfocados en definir temas ideológicos y porque se enfrentan una realidad social distopica previa al chavismo. La corrupción, la criminalidad y la falta de cultura del trabajo son fenómenos previos a esta etapa de la historia de Venezuela, pero a pesar de todos los avances en ciencias sociales que tenemos en la región, nunca se busco el apoyo de la academia en estos temas. Vimos mas avances de parte de los gobernadores liberales de Bogota que de la Venezuela chavista.

El Chavez negro es el hombre acorralado por su salud, el de la ultima campaña, el que fue dado por muerto varias veces antes de perecer. El que no puede parar con elecciones a un derecha en ascenso. Este Chavez se ve enfrentado a la herencia de sus propias decisiones  Si en lugar de apostar al extractivismo se hubieran fijado metas de industrialización y producción. Si se hubiera reconocido la corrupción interna y la criminalidad. Entonces ni habría escasez, ni habría crecido esa derecha que recluta adolescentes incendiarios. Si se hubiera apostado por la democracia, no habría tenido segundos periodos, Otros militantes con mas formación técnica y académica habrían tenido el cargo. Y los lloriqueos de los neoliberales democristianos se hubieran ahogado en lo hechos. Pero no se hizo así y se empezó a padecer una escasez por robo, por acaparamiento y por falta de producción. El Chavez negro muere en la linea tratando de elegir un sucesor de ultimo minuto, el elegido es Maduro, uno de los pocos cercanos que parece carismático. No es que en ese momento hubiera muchas alternativas. Pero la que hubo fue un salto al precipicio.

Ademas de las valoraciones que hacer sobre la historia de Chavez, queda la necesidad de ver la real y muy directa intervención estadounidense en la región, tras el primer golpe a Chavez vinieron  los golpes de estado que si sucedieron, el de Honduras con el regocijo de la enterradora de Tripoli, Hillary Rodham. El de Paraguay, el de Brasil. Y ademas de los golpes, los ascensos de la derecha como en Argentina. En todos los casos los logros sociales que se alcanzaron se desmontaron en vía fast track. Mientras en Estados Unidos se luchaba por un sistema de salud universal como freno a lo mas desalmado del capitalismo; en los países que buscaban modelos de justicia social que lo incluían, pasaron a la picota en esa niebla con que hoy se acusa a todos de ser populistas. Los estandares morales nunca son uniformes, los estados de bienestar nunca serán acusados de populistas aunque gobiernen de acuerdo al calor político, si no fuera así, los gobiernos europeos ya habrían aprobado temas como los transgenicos en lugar de refugiarse en el pensamiento naturalista que detiene la ciencia, pero gana votos.

Pero los amplios programas sociales venezolanos no están solos, la sociedad estadounidense no se entendería sin los food stamps, pero esas medidas o los apoyos de la Sedesol en México, no se consideran populismo en la gran prensa. Evidentemente no son herramientas de mercado. Pero son operativas para cumplir estándares antimiseria.

La carestía

Las tiendas vacías y los precios disparados son fruto tanto del gobierno como de la oposición como de la realidad no política del país. Las mafias de trafico de papel moneda o los traficantes de productos subsidiados no son necesariamente parte de ningún bando político, su bando es el dinero. El hambre es necesaria para su mercado. Una población desesperada por la carestía, no se va a ocupar de la moralidad del mercado negro. Y ese mercado negro no nos es desconocido. Las mafias cambiarías equiparables al "dolar paralelo" surgieron en México en 1995 en lo mas duro de la crisis. Pero aquí dejaron de tener espacio cuando se inicio el régimen de libre flotación y se dejo que los vaivenes de la economía se comieran al que no aguantara los golpes. Las historias de pequeñas empresas que resistieron por pura fuerza de voluntad son casi épicas. Pero, en Venezuela con menos población, menos empresas y menos empresas libres de corrupción o intenciones anti sistema, pasar  al régimen de libre flotación dejaría al país en la ruina, o si se considera que ya esta ahí. Lo dejaría incapaz de tomar decisiones soberanas en un siglo solo por el tamaño del endeudamiento posterior.

Tampoco se puede ser ingenuo, los actores externos contra el gobierno venezolano son reales, tienen sedes, planes, activos y operaciones. Llevan años financiando y educando a la oposición al chavismo para darles un objetivo común. Si llegan al poder pasaran dos cosas, los productos de consumo aparecerán en las tiendas en tiempo récord, no por milagros de la mano invisible, sino porque ya esta listo desde algún centro de poder un "plan de abastecimiento". Ironías de la vida, los detractores del socialismo del sur, tendrán que recurrir a la planificación para regresar ese país al mercado. La otra acción sera la cancelación de programas sociales. Los think tanks conservadores y también los neoliberales no aceptan siquiera la salud publica en EUA, menos van a tragar los planes de vivienda o educación venezolanos.
Los masters en bussines administration sustituirán las ingenierías y veremos en ese escenario, una pujante economía especulativa, con todos los abismos sociales del caso. No por nada uno de los puntos en común de la oposición es la defensa de la propiedad privada como derecho humano en contraposición a la existencia de empresas publicas.

Y no es que la distribución racionada eficiente sea imposible, es y hay ejemplos históricos, una opción, pero el racionamiento en escasez es una forma de pobreza. Si en las economías capitalistas la escasez se refleja como encarecimiento e inflación en las economías socialistas se manifiesta como desabastecimiento y hambre. Esa realidad alimentada por la corrupción, el sabotaje y el odio que se ha instalado en el país, fue el caldo de cultivo de la violencia.

La guerra

Las protestas escalaron, la represión escalo a niveles inaceptables y las partes están negadas a acordar una salida.
Surgió eso si, una curiosa insurgencia que saca sus códigos visuales de los mitos medievales, mas influenciados por games of thrones que por algún  ideario político. A riesgo  de sonar intelectualoide en medio del frenesí de las barricadas, fuera de la idea de tumbar al gobierno, hay pocas luces en cuanto a que espera esa oposición callejera en el escenario del día después.

Y Maduro demostró que no tenia idea de que hacer, tras una breve temporada de impulso a la ciudadanía chavista como motor de estabilidad, se enfrento a los mismos problemas de Chavez, pero con mucho menos dinero que antes, el fracking en EUA aumento tanto la oferta de petroleo que solo países con poblaciones diminutas y una oferta absurdamente alta como Arabia Saudi no resintieron la caída del precio. No se invirtió en I+D+I, No había plantas de electricidad sustentable, la gasolina se subsidia a niveles que parecen una broma, no se avanzo en la tecnificación del país, las empresas expropiadas funcionan a niveles marginales y la derecha le pone el pie a todo apostando a la caída del gobierno.

Cuando la crisis hizo huir por miles a oleadas de personas, la derecha aposto por subir la apuesta en una eterna guarimba que tumbara a gobierno, con la anuencia y financiación garantizada de la derecha internacional, el desgaste del oponente es la opción.

La respuesta del gobierno paso de la timidez a la política del gatillo fácil, se aprobó el uso de fuerza letal contra los manifestantes y los muertos aceleraron el descrédito del gobierno dentro y fuera del país. En esto hay que ser claro, no tendríamos desde la izquierda porque avalar acciones que siempre denunciamos cuando venían de regímenes de derecha. Las fuerzas policíacas de Venezuela tenían que proteger a la sociedad, incluso a la sociedad violenta, aun de si mismos. Las declaraciones a favor de las ejecuciones policiales desde fuera de Venezuela vienen de payasos patéticos que no merecen el menor crédito. Eso nunca debió pasar y la cadena de  mando que lo aprobó y permitió llega hasta el propio Maduro.

Eso tampoco disculpa las ejecuciones de la oposición, menos las mas violentas como los casos de incineración publica o las cada  vez mas populares IED´s (Improvised explosive device). Ahí hay responsabilidades y no denunciarlas es aprobar la barbarie cuando viene del lado que se idealiza.
Dado que la oposición venezolana no es uniforme en ningún sentido. Se ha unificado por necesidad política, pero los discursos de sus lideres son muy diferentes. Si llegan al poder en su condición actual se van a matar un tiempo entre ellos antes de que alguno quede de pie.

No existe una escala universal sobre el uso de la violencia; son factores políticos los que determinan la valoración de cada caso. En cada estallido de violencia institucional o no, las simpatías se dividen por afinidades.  La tolerancia a la violencia es proporcional a la simpatía con los actores políticos.
Los vandalismos locales de pequeñas bandas izquierdistas en México son intolerables para la derecha mexicana. Pero acciones equivalentes contra gobiernos de izquierda en cualquier latitud son aplaudidas como actos de resistencia ante esos gobiernos. La ayuda material, logística y política a los yihadistas sirios es bien vista desde el pensamiento de la derecha estadounidense, aun cuando esos mismos grupos puedan cambiar de bando y atentar contra su nación como ya lo hicieron antes. Es un escenario movedizo de cambios de intereses, pragmatismo cínico y convicción de superioridad moral. No hay una lucha contra el terrorismo a secas, hay luchas contra el terror que no proviene del propio margen político.

Practicas que son comunes de protestas urbanas como la quema de autobuses y que serian denunciadas por cualquier gobierno de derecha como vandalismo, se consideran desde el mismo sector como actos de resistencia validos ante el gobierno paria
Notablemente los muertos son tanto de ambos bandos como de fuera de ellos, los transeuntes muertos por estar "en el lugar equivocado"

En eso la prensa de ambos lados ha pecado por sus sesgos, la prensa de izquierda evade hablar de los manifestantes muertos y la prensa de derecha cuenta todos los muertos como victimas del régimen. En ambos lados están tratando de salvar la imagen de alguien a costa de ignorar los cadáveres y las responsabilidades de los asesinos.

Vemos como en el caso ucraniano el aumento de la violencia por parte de opositores que expresamente buscan un golpe de estado. Con un decidido apoyo internacional contrastante con la normal indiferencia que hay a las manifestaciones de izquierda equiparables.



Los otros

No se puede pensar en el trauma de Venezuela sin plantearse porque vecinos tan afines como Ecuador  y Bolivia no están en ese mismo episodio. La respuesta en Bolivia donde por poco les toca también a ellos, los gobernadores de la media luna y sus bandas armadas casi logran una guerra civil. Pero no contaban con la dimensión del apoyo obrero y campesino al gobierno. No fueron tampoco capaces de conseguir apoyos en la cúpula militar porque en una muy discreta maniobra esta se fue al retiro. En una nación con mas participación económica de pequeños campesinos y obreros de un universo que casi no incluye  empresas de gran escala, fue casi un tema demográfico. También esta que tras el integrismo de Morales, hay razones pragmáticas y técnicas en el gobierno. Los economistas bolivianos han aprovechado los pros de una nación agrícola y partieron de una empresa petrolera pequeña pero con menos corrupción que PVDSA para financiar el desarrollo industrial.

En Ecuador tuvieron su propio episodio golpista, Correa se salvo por poco de ser acribillado por los policías amotinados. Y no dudo en avanzar en un modelo industrial, su principal socio comercial es China, la transferencia tecnológica y de infraestructura no ha sido poca. Correa que es economista de carrera, dirigió un modelo sin expropiaciones pero lidio con la herencia de la dolarizacion con bastante tranquilidad.

Y un caso aparte es Cuba, el principal apoyo de Venezuela, y un caso propio de luces y sombras en todos los temas. Pedirle a los economistas cubanos un plan de industrialización es por lo menos poco serio. Si pudieran con ello habrían resuelto el tema de la industrialización cubana hace décadas.

Almagro, Peña y los demás han ganado fans al igual que Trump por denunciar lo obvio, la situación en Venezuela es insostenible, pero su política aséptica deja el tema al tiempo. La única vía rápida que barajan seria que el gobierno abdicara o que Trump se decida a repetir el escenario de las "primaveras árabes" y se embarque en una intervención militar directa. Algo que le ganaría puntos internacionales, pero que seria una contradicción a su plataforma política. A los derechistas estadounidenses Venezuela no les cuesta mucho y podrían simplemente dejarla en el caos.

También esta el doble rasero de las votaciones, la consulta de la oposición es valida para la derecha, pero las elecciones a la constituyente no lo son, aun cuando ninguna de las dos puede pasar criterios de validez serios.

Pero la inacción es igualmente nociva. Si esto se planteara como algo serio en los espacios internacionales, se tendría que considerar el caso Venezolano como el equivalente a una guerra civil sin esperar a que algún general deserte con sus tropas y entregue armas a las bandas adolescentes que ya actúan el país con bombas improvisadas. Y la salida a ese escenario es la negociación en territorio neutral con terceros países como intermediarios.  La sola condena a Maduro o las sanciones a el y a su gabinete no resuelven gran cosa, la historia y la propia realidad actual tiene múltiples ejemplos de gobiernos sujetos a sanciones draconianas que subsisten por grandes periodos.


Por otra parte los nuevos fans de la violencia que están prestos a apoyar una guerra civil, lo hacen desde el escenario de los seguidores de series de TV que solo van a seguir los capítulos sin mancharse las manos. Las guerras dejan muertos, y no tendríamos porque recetarle a Venezuela mas muertos de los que ya han caído. Los nuevos apologistas de la guerra no serán quienes abandonen la comodidad del escritorio para irse a enfrentar a un ejercito en las calles de Caracas. Tampoco suena creíble esperar que la izquierda latinoamericana forme brigadas internacionales para luchar. Si no apoyaron  proyectos en Venezuela durante estos años, menos se unirán al cuarto para las doce a una aventura armada sin visos de victoria.

Lo que la izquierda tendría que reconocer es que salvar a Venezuela y avanzar por el socialismo, no implica salvar a Maduro o a su gabinete. Tampoco ser acriticos a los hechos del chavismo. Pese a todos los temas positivos, reconocidos incluso por críticos tan derechistas como Krauze. El chavismo es una historia de luces y sombras, y cercano a la etapa actual desde la época del Chavez Negro se hizo evidente que no tenia herramientas para resolver la crisis que ya se percibía. Y que no estaba en disposición a recibir criticas o apoyo que no viniera de sus aliados selectos.

Intelectuales cercanos como Heinz Dieterich abdicaron a defender el caos del madurismo y son detestados en Venezuela. Economistas serios señalan que en la practica no hay mucho de socialismo en Venezuela y fuera de apostar a la sobrevivencia no hay señales de como piensen hacer viable el país desde el gobierno. La realidad histórica nos demuestra que un estado en la miseria puede sobrevivir, pero a menos que rechacemos la necesidad del bienestar, eso es una condición indignante que coarta la libertad de quien sea.

Una ultima nota personal

En 2014 envié a la embajada Venezolana una propuesta para crear la licenciatura en diseño industrial en Venezuela y aprovechar los recursos fiscales en un plan de producción de bienes de consumo con un modelo de industria 4.0 orientado a cooperativas. En ese momento ya era evidente el anquilosamiento estatal y la burocratización por la duplicación de funciones en los ministerios.  Pero aun no empezaba el periodo mas critico de la escasez y se podía enfrentar el paro de empresas privadas con producción distribuida en todas las regiones. El paradigma del centralismo fordista que marco a EUA o a la URSS. Podía ser superado por practicas que ademas de garantizar una producción resilente, ofrecen un medio laboral digno a las personas. Hasta donde se, la propuesta llego a Venezuela, a todos los ministerios involucrados. Pero nunca recibí respuesta. Se que no soy la única persona que intento ofrecer apoyo a Venezuela, pero también se que no soy el único que fue ignorado. Intelectuales de gran trayectoria (yo soy apenas un asalariado con pequeños logros intelectuales) pasaron de largo para las instituciones chavistas.

La critica existía, el apoyo existía y las posibilidades existían. En esta etapa de la crisis, no es claro siquiera si Venezuela puede sobrevivir como nación.