miércoles, 27 de julio de 2016

La pachamama atomica

El gobierno de Bolivia anuncia que ha logrado un trato con el gobierno de la Federación Rusa para adquirir un programa nuclear. Las notas de prensa señalan desde hace unos años el interés del gobierno de Morales por construir un reactor.

Un interés fortalecido por las prospecciones minerales del país, tras el fracaso de hacer negocio con el litio, el uranio se perfila como producto de exportación (uranio en Bolivia). Ante esto no se puede ignorar que el gobierno boliviano apuesta por tecnología cara y no libre de riesgos. Ademas lo hace en contraposicion a la tendencia mas sofisticada de las energias renovables. Un choque con su propio discurso de religiosidad sincretica hecha política. La tarea quedara en manos de otros, porque lo que no se puede decir en el discurso es que no se cuenta con la capacidad y no se arriesgaran a apostarle al desarrollo independiente.


 Y hay formas de hacerlo sin ayuda, pero ninguna tan rápida como comprar el expertise en el mercado internacional. Recordemos que en los inicios de la era nuclear, se trabajo desde cero y casi a ciegas. Hasta el día de hoy el proyecto Manhattan sigue siendo un ejemplo de  desarrollo en ciencia y tecnología. La cúspide del periodo que definimos como la modernidad, esta sellada por el hongo atómico en Hiroshima.
Pero también esta ahí la consolidación del sistema de desarrollo tecnológico que ya se construía desde los tiempos en que Edison trabajaba en su laboratorio de Menlo Park.

Pero pese a que hoy nadie partiría de una hoja en blanco para proyectar instalaciones nucleares,  la prisa del gobierno de Morales no empata con las múltiples carencias del sistema de universidades bolivianas, tampoco con el tiempo o el dinero del que dispone para tener esa obra sus manos. Ademas se lo compra a Rusia y con ello mantiene el aura de "no alineado" a Washington.

Vayamos despacio. El acuerdo, firmado el 6 de marzo en La Paz, incluye la creación del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear  en la ciudad de El Alto. El diseño de la instalación sera responsabilidad de Rosatom y el personal boliviano se capacitara en Rusia en los próximos años. Pero quizás lo mas relevante del acuerdo es la lista de intenciones anunciadas en este programa, se pretende aplicar la tecnología en los sectores industrial, medico y agrícola. Nada novedoso, pero lo notable es la intención declarada es producir variedades vegetales por irradiación. Una tecnología por mucho menos precisa que la producción de transgenicos que se logra con la ingeniería genética actual.



El presidente Morales es famoso por su paranoia anti-tecnológica y sus absurdos dichos sobre temas de alimentación. Sus frases absurdas dieron para el libro Evadas (1), una versión boliviana del libro bushisms (2). En el rimbombante evento que organizo en 2010. La "primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra" celebrada en Tiquipaya. Soltó las famosas declaraciones sobre los alimentos: ""El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres (...) Algo interesante sobre la calvicie, y perdonen los hermanos europeos: la calvicie (...) es una enfermedad en Europa; casi todos son calvos, y esto es por los alimentos que comen, mientras que en los pueblos indígenas no hay calvos, porque no comemos esos alimentos. Pueden verme a mí por si acaso".
Mas allá de todas las implicaciones del discurso, Morales jugaba con el miedo a la tecnología y aun lo hace. Sin embargo ahora que las aguas han cambiado dentro de su país, esta discretamente permitiendo el cultivo de soya transgenica por el potencial de captación de divisas que permite, finalmente los billetes verdes no crecen en los arboles  y la "pachamama" solo los otorga por la vía de la explotación del trabajo y las riquezas naturales.
En esta incursión de los transgenicos y el debate científico y económico que se desarrollo en Bolivia, tanto las empresas del sector como la comunidad científica presionaron para abandonar los miedos infundados que rodean los cultivos geneticamente modificados (3 ). Una vía no libre de criticas, los integristas bolivianos consideran el hecho una victoria del mundo tecno-industrial, un mundo de cosas a las que rechazan pese a disfrutar sus beneficios.

Para ser descriptivos, la técnica de irradiación de semillas, consiste en exponer las mismas a una fuente radioactiva, normalmente de cobalto 60, para producir cambios aleatorios en el ADN del organismo, después de este proceso, las semillas se siembran, se observan sus características y si alguna es útil, esta linea de plantas se sigue cultivando para su aprovechamiento comercial. Tal cual, la técnica funciona y aun hoy se obtienen variedades por este método (4). Esta tecnología no es nueva y es probable que toda la humanidad en algún momento haya probado algún alimento mejorado por esta vía. Pero no carece de desventajas, la modificación genética es aleatoria y muchas de las plantas nuevas son inútiles o no presentan mejorías significativas respecto a las ya cultivadas. Su implementación es cara y los riesgos asociados al uso de material radioactivo encarecen aun mas todo el proceso  productivo.

Del otro lado, las técnicas actuales de ingeniería genética son por el contrario, muy precisas, implican modificaciones puntuales y previsibles en las plantas y pasan por protocolos de seguridad mayores que cualquier otro tipo de alimento en la historia. Como técnica son un logro de tres laboratorios que lograron introducir genes en un organismo desde otro que no podía ser cruzado sexualmente. Al principio fueron bacterias, posteriormente organismos mas complejos. Esto se logro simultáneamente en el laboratorio de Monsanto con el equipo de Robert Froeley, en el de la Universidad de Missouri con Mary-Dell Chilton y en Gante, Belgica con el equipo de Marc Van Montagu, donde estaba trabajando Luis Herrera Estrella. La importancia de este logro es que por fin se podía trabajar directamente desde las características deseadas y se podían transferir características desde especies no emparentadas. Los dos cultivos transgenicos mas exitosos son la soya y el maíz. Hoy día gracias a los avances en ingeniería genética y en supercomputo, se pueden predecir las características de las plantas modificadas incluso antes de producirlas (5). Pero la paranoia anti-cientifica que rodea los transgenicos ignora toda la historia y todos los hechos, incluyendo obviamente las conclusiones científicas sobre la seguridad de los transgenicos (6, 7). Aun así, a veces parece que  prácticamente  todos los medios "latinoamericanistas de izquierda" han entrado a la órbita de la izquierda feng shui (8) al parecer refugiarse en supercherias, en ONG´s burguesas y en la "espiritualidad" es una salida fácil para quienes no saben que hacer en un mundo sin la guía metahistorica de Moscu en su devenir. Las leyes bolivianas son muy notables al respecto, tienen como sujeto de derecho a la "madre tierra", establecen como objetivo la "vida buena" lo que sea que eso signifique, aquí en México, el termino es el usado por los antivacunas para promover la herbolaria y la muy neoliberal idea de que no se requiere salud publica, sino curarse con medios propios (aunque estos sean charlatanerías).

En el apartado de los costos, la ingeniería genética es por mucho mas barata y mas precisa que la irradiación para obtener cultivos, la novedosa técnica de los sistemas CRISPR-Cas reduce el tiempo de los resultados a semanas con un costo que es prácticamente simbólico.

En este contexto de mitos, de realpolitik por debajo de la mesa y por fuera del discurso, la Bolivia del MAS y de Morales, construye un programa nuclear que si bien es necesario en muchos sentidos (no se puede hacer medicina nuclear o aprovechar las ventajas de sus aplicaciones industriales sin tener esas capacidades) deja desnudo su discurso y evidencia que sus dogmas tecnológicos son los de una época pasada, la del mundo de la postguerra y la guerra fría, no la del mundo del cambio climático y los esfuerzos por garantizar alimento a las millones de personas que nacerán en las próximas décadas.

Pero ademas de la incapacidad de lograr un salto tecnológico propio, lo que permea en el fondo es una ambición de poder sin tapujos. Si bien no hay motivo para suponer que alguien en Bolivia sea tan irresponsable como para cambiar el devenir pacifico del programa nuclear, y que este en si es una contradicción evidente a los principios naturalistas e integristas que marcan el discurso del MAS y de del propio Evo Morales.Uno de los componentes actuales de ese discurso es el del poder regional y la lucha por la emulación económica con su vecino Chile (9) Los planes a 10 años son alcanzar o superar el PIB chileno. Al mismo tiempo esta iniciativa señala que los discursos la "integración latinoamericana" son una entelequia, este programa no es un CERN o un ITER regional. Es  un proyecto de nacionalismo proyectado, una de las tantas facetas de la etapa actual del gobierno boliviano, otra de ellas es la actualización militar (10, 11). Sus proyectos de defensa, menos ambiciosos que los proyectos brasileños o chilenos, siguen configurando Sudamerica como una de las regiones mas activas en cuanto a militarización, curiosamente la serie de animación futurista Ghost in the Shell ubica la tercera guerra mundial en la amazonia, confiemos y hagamos lo necesario para que a diferencia de la profecía cumplida de la película Fuga de Absolom no veamos repetirse el destino de Trípoli en este continente.

Y esta nación, sin un récord tecnológico suficiente, en un acelerado proceso de adquisición de elementos de poder disuasorio; no muestra evidencia concreta de que en temas ambientales  vaya mejor que otros lugares, el lago Poopó se evaporo a la vista de todos y ni una ceremonia de despedida le dieron (12).

La llegada de un programa nuclear puede implicar dos cosas: que tendrán que construir una instalación de confinamiento, o que tendrán que sortear los gastos de envió de desechos radioactivos a las instalaciones rusas con el consiguiente costo de enviar a miles de kilómetros materiales con riesgos inherentes a su naturaleza. En las instalaciones de Monte Yucca en Estado Unidos o de Tomsk en Rusia, se plantea la pregunta de como lograr mantener el confinamiento garantizado por periodos incontrolables de miles de años, en Finlandia, el diseño gráfico trata de responder como señalizar el deposito nuclear que se construye en roca solida. ¿se preguntaron esto en el gobierno boliviano? No lo sabemos, lo que vemos es que la ruta de buscar el poder en un sentido amplio, puede aplastar cualquier folclorismo.

La energía nuclear, con todo, puede ser segura, pero hacerla segura es caro, y apostar los escasos recursos bolivianos en ello, parece mas un capricho que una idea valorada con paciencia y bien juicio.













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