sábado, 16 de junio de 2018

Los corredores suicidas


Correr por hambre no es precisamente la
forma en que el deporte debería enaltecer
la condición humana





Las corredoras rarámuris como icono de lo salvaje, una entidad
que en el análisis de Roger Bartra refleja la añoranza occidental al
paraíso perdido (1)


1.-

Preguntas al aire para las buenas conciencias de las redes sociodigitales: -¿por qué quieren ver rarámuris en las vestimentas que les inventaron los colonialistas destruyéndose las piernas en ultra-maratones?-¿Quieren verlos como fenómenos sobrehumanos? -¿quieren compensar el racismo inventándose cuentos de rarámuris incansables?

2.-

Un corredor sabe que las carreras de fondo y mas aun los "ultramaratones"  pueden ser físicamente destructivas, más cuando se corren con calzado inadecuado, con ropa inadecuada y sin un plan de entrenamiento adecuado. (2)


Por eso mismo me inquieta que una legión de personas que aparentemente no son siquiera asiduas del running o del deporte en general, enaltezcan a esas personas de origen indígena por correr en vestido o traje de manta, con enaguas largas, con textiles que no permiten la transpiración, con huaraches de correas de cuero. Y en lugar de preocuparse por su integridad física, aplauden y contribuyen a enaltecer que se les admire como fenómenos de circo y no que se les respete como ciudadan@s de una nación pluricultural.Ver a los indígenas como elementos de un cruel show primitivista solo refleja que la sociedad del espectáculo solo acepta lo indígena en la medida que es una fuente kitsch de sujetos de caridad. Aplaudir a los "indígenas corredores" satisface la necesidad de protectorado que quieren tener sobre ellos. –ell@s-magníficos-son-nuestro-patrimonio-cambiarl@s-es-inmoral-.
los petroglifos del pueblo Mogollon, el antecedente de los Rarámuris
no hay vestidos de colores sino pintura corporal.




3.-

Las ropas que les aplaudimos son inventos de curas españoles que los catolizaron y les impusieron las normas morales de occidente que aun rigen y condenan el mostrar demasiada piel. Son una moda tan retrograda como las burkas y los hiyabs, como los velos y las mascadas de viuda. En esos inmensos y coloridos trapos ningún cazador habría tenido éxito en los agrestes cañones del norte indómito, hasta el venado mas torpe correría al ver esas campanas amarillas y azules basadas en las ropas monárquicas europeas.





Las ropas de los pobladores de la gran chichimeca y oasisamerica eran bastante distintas de los vestidos
europeos que les inventaron los curas a los pueblos colonizados. Códice Florentino, Libro X




Pero de lo que se aplaude al aplaudir el mito de esos pueblos como coloridos corredores; es el resultado de una larga serie de guerras de mexicanos y estadounidenses contra los pueblos de eso que nosotros llamamos el norte y los vecinos el sur. Ahí se extinguieron a punta de bayoneta pueblos enteros. Y los sobrevivientes subsisten desde entonces en la marginación del subdesarrollo donde tienen que recurrir a lo que sea por comer, por ejemplo, a participar de esas infames carreras que les destrozan el cuerpo mientras modelan al mundo en sus ropas “tradicionales”. 


De aquí salio el diseño de la ropa "tradicional rarámuri" con la que hoy corren



Las comunidades rarámuris siguen sin acceder al bienestar o al desarrollo, corren carreras inhumanas para tener un poco mas de ingreso para sus familias, no les motiva el deporte, les motiva el hambre. 









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