«Cuando un opositor dice: <No me acercaré a vosotros>, yo le respondo sin
inmutarme: <Tu hijo ya nos pertenece… Tú pasarás. Sin embargo, tus descendientes ya
se significan en el nuevo campamento.
Pronto no conocerán más que esta nueva comunidad>»
Adolf Hitler, 6 de Noviembre de 1933.
Esta semana un nuevo escandalo ha enturbiado aun mas el papel de Secretaria de Educación Publica en esta administración, dos convocatorios se hicieron publicas por parte de la Comisión Nacional de Libros de texto Gratuitos. Una para producir nuevos contenidos para los libros y otro para producir las nuevas ilustraciones de los mismos. En ambas se establece que no se ofrece ningún pago a los participantes y que solo se les entregara una "constancia con valor curricular" y un ejemplar del libro.
Por si mismo este tema ya implica un escandalo y ha provocado una fuerte reacción del gremio de artistas e ilustradores que señalan la ilegalidad e inmoralidad de esta convocatoria. Pero hay otro tema dentro de la misma que puede ser mas grave, el director general de materiales educativos, Marx Arriaga, ha indicado a los participantes de la convocatoria para el rediseño de los libros, que estos serán una herramienta de "adoctrinamiento". Esta posición la difundió a través del grupo de WhatsApp donde interactúa con los participantes de esta convocatorio y a cuyo contenido tuve acceso por fuentes del sector.
Dentro del mismo chat y en sintonía con la demencia discursiva del inquilino de palacio, acusa a una supuesta "elite académica, intelectual y política" de haber usado en el pasado los libros de texto como su herramienta.
En supuesta contraposición a esta quimera, afirma que esta vez los contenidos de los libros de texto serán ocupados por los "sectores marginados" sin exclusiones sociales, raciales o de genero. Afirma que esta vez el "adoctrinamiento" no responderá a una línea oficial, sino que los participantes deberán ser "voceros de las crisis sociales de su entorno inmediato", es decir que esta llamando a generar libros de texto desde la confluencia de resentidos sociales y fanáticos que puedan responder a la convocatoria del régimen.
Por supuesto debemos partir de reconocer que estamos ante un personaje limitado, con fantasías identitarias y con un origen despreciable. Si esta en el cargo que hoy ocupa es solo por su compadrazgo con Beatriz Gutiérrez Müller, de quien fue lector sinodal de tesis. Su llegada a la Dirección General de Bibliotecas en 2019 estuvo marcada por la gansteril expulsión de Daniel Goldin de la Dirección de la Biblioteca Vasconcelos y el enfrentamiento con trabajadores del SNDTSC que protestaban tras señalar hostigamiento laboral. Tras la llegada de la corrupta Delfina Gómez a la SEP, Arriaga dejo el cargo en la Dirección General de Bibliotecas para ubicarse como director general de materiales educativos.
Ante esta andanada que pretende convertir los libros de texto en un nuevo frente de propaganda del régimen, es urgente denunciar la peligrosidad de estos actos. No solo estamos ante un proceso que apunta a usar las escuelas publicas como centro de adoctrinamiento político, también estamos dejando en manos de resentidos, fanáticos e improvisados la calidad de los libros de texto gratuitos que acompañaran a las y los niños de México por años.
La receta para el desastre esta lista.
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