jueves, 27 de junio de 2019

La destrucción del #Conacyt III

If aware that another is wicked, say so:
Make no truce or treaty with foes.

Hávamál                                                                                              



Pese a los escándalos y la evidente agenda integrista de la directora del Conacyt, ella sigue en su puesto y cuenta con el apoyo del presidente y los clanes gobernantes. Para entender este hecho, debemos regresar a las pasadas dos décadas, por años los integristas de ONG´s como la UCCS o -Sin maíz no hay país- aprovecharon cualquier espacio de poder para impulsar una agenda anticientífica.

No tuvieron problemas en cargar al erario sus campañas. Y se puede decir que tuvieron éxito. Según los datos de la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología ENPECYT. con resultados de 2015 y 2017; la biotecnología y las ciencias agropecuarias son el penúltimo tema con menor interés publico de los 7 considerados, en esos años el interés paso de 36.4% a 38.3%. Solo las ingenierías tuvieron  peores números, algo que por supuesto es igualmente desalentador.


Con su éxito, su buena articulación con una prensa izquierdista sin proyecto que se refugio en el ataque a las corporaciones y a los transgenicos cuando cayo el muro; estas organizaciones se convirtieron en un referente mundial que no pocos abrazaron como verdad al no tener capacidad para verificar sus dichos. También tuvieron éxito en formar generaciones de humanistas aterrados por la ciencia, esta intelectualidad discapacitada es la punta de lanza contra la ciencia y goza de un indudable prestigio entre millones de personas pese a que vive del engaño y de una contradicción a las lecciones de la izquierda histórica: Si la evolución política implicaba usar la ciencia para satisfacer las necesidades humanas, la nueva izquierda huérfana de Moscu detesta la ciencia y se refugia en el naturalismo como oposición al capitalismo.


De entre esta masa empezó a destacar la UCCS por una razón, sus integrantes si provenían del trabajo científico. Al no haber por mucho tiempo un trabajo de divulgación que pudiera competir con los periódicos nacionales, esta organización y sus símiles internacionales se establecieron como la voz de la izquierda en temas científicos. La cabeza de esta patraña en México es la directora de Conacyt: Alvarez-Buylla, quien es hoy por hoy un ejemplo de muchas cosas: deshonestidad intelectual, fraude, despilfarro, cacicazgo y quizás lo mas grave, una defensora de mitos y supercherías como política de estado.


De todas estas acusaciones tenemos datos directos. Su deshonestidad queda patente cuando se convierte en una enemiga de las estancias de investigadores en el extranjero, aun cuando ella vivió de ese modo por años, y gracias a ello pudo lograr sus grados académicos. Su gran fraude es el ataque enfermizo contra los transgenicos acusando a esta tecnología de causar cáncer, autismo y validando los engaños de Giles Seralini.


Su despilfarro se expresa mientras con una mano se une al recorte irracional de recursos públicos que corroe todas las dependencias publicas y según su propio dicho se concentra en revisar menús para su millonario comedor "orgánico"(mismo que se construye sobre los despidos de cientos de personas) mientras la crisis de los centros de investigación les afecta al nivel de no poder pagar servicios básicos como la electricidad.
Su cacicazgo es el de todo el aparato de estado, una negación formal a aceptar criticas, una imposición constante de decisiones. Una cartera de cómplices como grupo de trabajo.

Y como parte de esa defensa de la superchería como política de estado es que vuelve a mentir para atacar programas de investigación de carácter mixto publico-privado. El Programa de Estímulos a la Innovación (PEI), acusa a este programa de ser una suerte de fraude al presupuesto publico. Lo que no dice es que se trato de un programa exitoso, con indicadores de éxito y con un nivel de transparencia que no tienen sus decisiones de gestión en Conacyt.


A esta burda justificación para el expolio de recursos, se suma la suspensión de accesos pagados a bases de datos académicos, el Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica, Conricyt, ya no esta disponible para universidades que no puedan pagar por si mismas este acceso a las revistas científicas. Sin esta herramienta, mucha de la investigación se queda a ciegas, avanzando sin saber el estado del arte en su campo. El engaño esta en presentar esta barbaridad como un ahorro, una decisión impuesta por la hostilidad hacia las empresas privadas que editan estas revistas. Se puede decir que el sistema de publicacion científica es imperfecto y costoso, pero sin una alternativa mejor a la vista, sigue siendo un elemento necesario para la investigación. Como en otros temas de políticas publicas, no se presenta una solución, se corta el presupuesto y se destruyen las capacidades existentes. Se falta también a las imposibles promesas de campaña, no llegaremos al 1% del PIB destinado a ciencia, no solo eso, no tenemos el presupuesto preexistente en ese rubro.


Y como nueva promesa imposible la directora del Conacyt pretende sustituir recursos por imaginación, lo único imaginario en el horizonte  son los resultados a la investigación sin recursos para desarrollar trabajo.


Alvarez-Buylla miente por dos razones, la primera es porque de ello ha vivido por años, la segunda es que como todo el gabinete, su trabajo es cumplir con las metas de un presidente que no sabe de ciencia y que esta ahí por haber calentado los ánimos de millones de ignorantes con proyectos económicamente inviables, ecológicamente desastrosos e históricamente desubicados. Estos proyectos: el tren maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucia, van a consumir tantos recursos como un cuarto proyecto, la construcción de un aparato electoral imbatible construido a partir de regalar dinero.


Estamos presenciando quizás el mayor desfalco a la nación en la historia de este país, no es poco, tenemos una larga historia de robos y despilfarros, pero estos hechos fueron históricamente considerados indeseables. Lo novedoso esta en que esta vez hay fanáticos aplaudiendo la expoliación y celebrando la muerte de las instituciones. 


No hay evidencia de que el daño a la ciencia en México pueda darse por terminado, solo han pasado unos meses de este gobierno. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario