jueves, 13 de junio de 2019

Los falsos defensores del arte indígena

Por si usted no lo sabia, soy diseñador industrial, de eso vivo. Y por eso puedo decir que todo este rollo loco de que están plagiando a las culturas indígenas con los diseños de Carolina Herrera, es eso, un rollo loco.

Por su parte la empres Carolina Herrera señala lo obvio, no esta intentando robarse nada, esta tomando inspiración en la riqueza cultural de México. Algo que para la inepta secretaria de Cultura, la estudiante de derecho Alejandra Frausto, puede servir como un tema polémico para alejar la atención publica de su escándalo en Bellas Artes. Mientras en California avanza el juicio contra el pederasta y tratante de mujeres al que ella le cedió el principal recinto cultural de este país, la secretaria puede buscar tigres de papel para recurrir al nacionalismo ramplón como fuente de apoyo.

El diseño se hace desde referentes culturales, cualquier día de la semana puede usted encontrarse diseños con inspiración en culturas originarias de cualquier latitud. No es extraño encontrar que un ilustrador mexicano use motivos egipcios, o que una marca de ropa francesa trabaje con inspiración china.


Pero no vayamos tan lejos, digamos que un mestizo con conocida ascendencia española, se pone un atuendo indígena solo para hacerle creer a cierto publico que esta del lado de ese pueblo ¿les suena conocido? Pues pasa seguido.



Mas aun, miles de personas que no son parte de los pueblos originarios usan ropa tradicional de estos pueblos (dense una vuelta a la ENAH o a la FFyL y verán) sin que hablen su lengua, sin que conozcan sus costumbres o su cosmovisión, o conociéndola sin ser parte de ese pueblo.
Pero digamos que deberíamos impedir que un pueblo, tome inspiración en otro para crear y seguir una forma estética. Si creemos eso, entonces alguien dígame ¿como justificamos el punk mexicano si esa moda e ideología surgió en Inglaterra? ¿Que les decimos a los góticos si su código visual surgió en Europa? ¿Demandamos a los otakus mexicanos por robarse la imagen del Japón? ¿Imponemos un código de vestimenta estilo Mao en la revolución cultural para exorcizar "lo extranjero"?.

La transculturalidad nos trajo al punk 



Obviamente todos son casos de apropiación cultural, pero ninguno es un crimen. Y los enanos culturales que pretenden criminalizar esa practica del diseño son una desgracia para la humanidad,  solo esta buscando reflectores para ocultar su incompetencia y su estupidez. Susana Harp es una saltimbanqui política que no tuvo problema en participar en eventos del siniestro Ulises Ruiz (amenizo la inauguración de la -ciudad administrativa- recién había terminado el conflicto con la APPO) y luego encontrar hueso en MoReNa. Ricardo Monreal es parte de esa generación de priistas chapulines que hicieron berrinche en 1994 por no ser candidateados y decidieron pasarse al PRD que los recibió con lo brazos abiertos. Pero sus lamentables historias no incomodan a sus fieles, esa masa chaira ávida de tormentas en un vaso de agua ya aplaude esta "lucha contra la moda" aunque la agenda nacional este desbordada de verdaderas crisis.

Pero dejando de lado esta lucha absurda, no debemos perder de vista que si hay formas de colaboración francas entre pueblos originarios y empresas. Requieren de dos cosas: que ambas partes estén dispuestas a dialogar; y poner sobre la mesa que tanto se esta dispuesto a compartir de cada lado.
Quizás si dejaran de ver a los indígenas como discapacitados y les incluyeran en la promoción comercial de este país (un área que esta prácticamente muerta en este gobierno) estos pueblos podrían llevar su trabajo y su talento a todas partes.











No hay comentarios.:

Publicar un comentario