miércoles, 31 de diciembre de 2014

2015 upload the disaster

Suponiendo que alguien quiera saber de mis reflexiones por el nuevo año (esa linea imaginaria para contabilizar los giros de la tierra que podría estar en cualquier punto del año, pero la tradición ubico aquí). Quiero dejar a un lado los lugares comunes de los ingenuos anhelos personales poco confiables y repasar temas que me parece deberían ser importantes para cualquiera.
La población mundial es de 7220 millones de personas, los mas recientes 220 millones nacieron entre octubre del 2013 y este momento. Esta noche dos mil millones se irán a dormir sin haber comido lo suficiente. La prospectiva poblacional nos presiona para producir el doble de alimento sin reclamar mas tierras de las zonas naturales que mantienen las condiciones habitables del planeta. Algo que parece imposible pensando en el uso del espacio y las practicas agrícolas como lo hemos hecho hasta hoy. Mas complejo si ademas consideramos que las emisiones de gases de efecto invernadero han alterado seriamente el clima y no hay suficientes acciones concretas para detener este proceso. A lo mucho vemos lastimeras políticas para “mitigar” el daño o absurdos casos de negacionismo.
En los hechos el reto es detener de inmediato la emisión de gases de invernadero. Y eso solo como principio, queda también por lograr el  mantener y aumentar la producción de energía y bienes sin que eso signifique mas destruccion ambiental; detener los ciclos abiertos en la producción que solo generan basura y convertir las ciudades en espacios de mayor densidad poblacional que produzcan su propio alimento, su propia energía y que no arrojen constantemente aguas negras y desechos sólidos al mundo como única aportación real al ecosistema.
La complejidad de los retos y las interrelaciones que los generan son por si mismos imponentes, pero a menos que se acepte un discurso de mediocridad universal y se mantenga la fe en que todo debe seguir igual implorando a algún fetiche cultural que eso es lo correcto, la opción parte de las decisiones no solo personales sino sociales con un carácter inmediato.
No hay sociedades tomando riesgos realmente intrépidos para la solución de los problemas globales.
La creciente disponibilidad de información obtenida gracias a la ciencia y la tecnología no ha logrado alejar los mitos y por el contrario vemos que las redes son un espacio fértil de conspiranoia, intolerancia y racismo. La justicia social es tan lejana como hace un siglo y la hipermodernidad aun no logra darnos vías novedosas de cambio social, los discursos del pasado se reciclan con cada vez menos logros y la condición humana parece aplastada mas que nunca por una economía de injusticia anhelada por las personas cobardes y aun imparable para quienes son valientes.



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