miércoles, 20 de septiembre de 2017

Y el monstruo, temblo...

La Ciudad amanece con las secuelas de un nuevo sismo, fortuitamente coincidente con nuestro iconico desastre de 1985. Apenas un poco antes habíamos tenido un simulacro y una parte de la sociedad mostró su desdén por esas practicas de prevención. A las 11 de la mañana tuvimos la alerta del simulacro, a las 13:14 el sismo real. Las personas que desdeñaron el simulacro, entraron en pánico e histeria con el terremoto. Desde que percibí la magnitud del sismo, supe que tendríamos consecuencias, unos minutos después  tuvimos las primeras imágenes. Edificios habitacionales caídos, infraestructura dañada y las primeras noticias de victimas.

La sociedad movilizada en el rescate de la fabrica colapsada 


-Cientos de voluntarios en la fabrica colapsada-


La Ciudad esta construida sobre el lecho de un lago, sobre pedregales, sobre cerros, sobre llanuras. Nuestro suelo es una pesadilla para la ingeniería. Y nuestros malos hábitos de construcción son una pesadilla para la seguridad. Si bien después del 85 se elevaron en mucho los estándares de construcción, seguimos teniendo ahí el mismo problema que tenemos en el resto de las cosas, un mar de corrupción. Y a ello podemos sumar las practicas constructivas populares, las casas "muegano" que se construyen ampliando arbitrariamente lo ya construido.

Estas circunstancias nos llevan a un callejón sin salida, sabemos que los sismos ocurrirán, pero no damos los pasos concretos para garantizar la seguridad cuando ocurran. Los edificios que colapsaron no cumplían las normas vigentes, y no son los únicos, hay miles de construcciones que son  trampas mortales y que sobrevivieron fortuitamente porque el sismo no duro un poco mas. La ciudad pese al animo antimodernidad de nuestra "izquierda feng shui" debe ser reconstruida solo por seguridad. La histeria contra las nuevas construcciones tiene un animo expropiador, quieren quitarle el derecho a la ciudad a toda una generación que necesita vivienda. Y un animo folklorico, quiere que la ciudad sea una inmutable exhibición de un falso pasado inventado por el romanticismo.

El mapa de intensidad del sismo


Las constructoras son negocios privados, eso ni es un secreto, ni es un impedimento para que construyamos. Su éxito es resultado de una necesidad real de redensificar la ciudad, su voracidad es resultado del capitalismo. Podemos ciertamente señalar y combatir ese hecho, pero no podemos instalarnos en la inmovilidad de llamar a no construir mas en la ciudad, a no renovarla con normas  de seguridad racionales y verificables.

Las tragedias que vimos eran todas previsibles (1) muchos podemos decir con claridad que los edificios colapsados ya eran evidentemente frágiles antes del sismo. Algunos casos son de hecho notables casos de negligencia criminal. La primaria enrique Rebsamen es una de ellas, no sabemos aun quienes fueron los corruptos que provocaron la muerte de niños en esa edificación. Tampoco sabemos quien fue el patrón criminal que tenia a su personal en esa trampa mortal de Chimalpopoca y Bolivar en la Obrera, aun falta saber porque las personas atrapadas ahí no pudieron salir.

Las labores de rescate en la primaria Rebsamen


Estamos viendo un despliegue de solidaridad notable, ayer en mis recorridos por la ciudad pude ver el increíble despliegue de ayuda en la fabrica de derrumbada y vi caravanas de ayuda por todas partes. Eso que Javier Sicilia nombro como -la enorme reserva moral de la sociedad- se hizo presente y seguramente a esas acciones much@s deberán de agradecer por haber sobrevivido al sismo.

Este evento, natural, impredecible y hasta cierto punto cotidiano, debió ser solo una sacudida a nuestras vidas, pero fue una tragedia porque muchos se saltaron las reglas, muchos evadieron responsabilidades y obviaron los riesgos. ¿Donde están los arrendadores que rentaban edificios que sabían que eran trampas mortales?  ¿Donde las autoridades que otorgaron licencias? ¿donde se esconde el patrón de la fabrica derrumbada? La solidaridad es un hecho notable, pero si bien es urgente y necesaria, la justicia pasa por encontrar a la gente responsable de las acciones que llevaron al desastre, los sismos por si mismos no matan, las estructuras que se derrumban si.

Tenemos el reto de reconstruir la ciudad de tal modo que sea efectivamente a prueba de sismos, no es ni imposible ni inviable, eso sera el gran reto de esta generación.

Con mi solidaridad para las victimas