miércoles, 18 de julio de 2018

La ultima muerte de Sandino


Augusto Cesar Sandino murió traicionado
 la noche  del 21 de febrero de 1934, hasta hoy
la traición lo persigue.

La Habana, Cuba, Julio de 2018, el foro de Sao Paulo, una reunión de una izquierda en la orfandad discursiva y el fracaso económico; se realiza en una especie de limbo donde las delegaciones se aplauden unas a otras sin mirar o mencionar las propias miserias de cada participante. 

En la tribuna el cavernícola Fernández Noroña, nuevamente mamando del dinero público gracias a la magia de los plurinominales y el partido del camión de cascajo, lanza uno de sus histéricos discursos para llamar a defender a todos los gobernantes defenestrados del continente, a visitar en la  cárcel a Lula da Silva y a que ese cónclave crea en la fantasía política de MoReNa en México.

 Esa reunión concluyo con un candoroso llamado a defender el Régimen de Ortega en Nicaragua en un documento que ni de lejos menciona la violencia contra los estudiantes, la invasión de universidades y los muertos que la dupla asesina Ortega-Murillo ha provocado.


No se menciona, claro está, que Murillo es una fanática religiosa que ejerce el poder desde un bizarro misticismo delirante. En sus ultimas declaraciones llama "terroristas satánicos" a los estudiantes que se manifiestan contra la brutalidad del gobierno, los califica de una "minoría llena de odio" mientras sus bandas armadas con fusiles kalashnikov se despliegan enmascaradas contra las protestas. 

La declaración final dice:

 " Rechazamos de forma enérgica la política intervencionista de los Estados Unidos en los asuntos internos de la Nicaragua sandinista, país en el que se está implementando la fórmula que viene siendo aplicada por el imperialismo norteamericano a los países que no responden a sus intereses hegemónicos, causando violencia, destrucción y muerte mediante la manipulación y la acción desestabilizadora de los grupos terroristas de la derecha golpista, que boicotean la búsqueda del diálogo, el cual constituye el mejor camino para superar la actual crisis y alcanzar la paz, lo que es indispensable para la continuación del proceso de transformaciones sociales impulsado por el FSLN desde el gobierno presidido por el Comandante Daniel Ortega y que ha reducido de manera notable la pobreza y la desigualdad social en ese hermano país."

Nada sobre la invasión a las Universidades, nada sobre los muertos y nada sobre las bandas armadas paramilitares que hacen el trabajo sucio de la represión. Hasta el día de hoy se cuentan 350 muertos en apenas 2 meses. Más de 2000 heridos y 150 desaparecidos.

Cuando la lucha contra las desapariciones forzadas y las ejecuciones ilegales es la causa principal de la sociedad en Latinoamerica, los paramilitares en Nicaragua se jactan públicamente de las conquistas militares dentro de su propio pais, la toma de la Ciudad de Masaya o la invasión a las Universidades son celebradas en los diarios oficialistas. 




Paramilitares en Masaya celebrando su conquista militar de la población. 


Tibiamente los gobiernos de la región condenan al régimen de Ortega, pero en su afán de no quemarse las manos con la papa caliente se limitan a llamados al dialogo sin tomar medidas concretas para garantizar por lo menos la salida del país de los opositores en riesgo de perder la vida por la violencia del gobierno. 
Desde México con una fantasía pseudoizquierdista recién llegada al poder y con una izquierda real huérfana de sus propias causas, no hay ni declaraciones, ni acciones, ni intenciones para ayudar a la caída del danielismo en Nicaragua. Para una generación de jóvenes que nunca supieron de la tortuosa historia de Sandino y el sandinismo, Nicaragua es una novedad que poco significa mas allá de una zona en el mapa. 

Pero la realidad es palpable, Daniel Ortega ha gobernado por 22 años, ha cambiado leyes y evadido la justicia para no dejar el cargo. Junto con su esposa y vicepresidenta lleva más estudiantes asesinados que Díaz Ordaz y está luchando por quedarse en el poder más tiempo que Somoza o Porfirio Díaz. Su esposa, Murillo, una fanática religiosa delirante, es su lady Macbeth, una demente que ordena asesinatos desde la comodidad del palacio mientras cita verborrea bíblica. 

En desarrollo son un fracaso, Nicaragua es tanto o más pobre que al inicio de su aventura política. En las calles los defienden los últimos fanáticos del régimen, los nostálgicos que se niegan a reconocer el fracaso histórico del FSLN y lo hacen matando a la juventud del país. 

La única legitimidad que les queda son miles de toneladas de armas rusas y soviéticas que los sostienen literalmente a sangre y fuego. Si viviera, Sandino estaría en las calles luchando contra este régimen asesino. No firmando documentos de apoyo Internacional a un gobierno tiránico.

 ¿Qué queda además de la denuncia a la represión? Quizás lo mínimo es integrar una declaración pública contra ese gobierno, exigir el cese de relaciones diplomáticas y abrir la puerta del país a quienes tengan que tener aquí un refugio seguro de la violencia del régimen delirante de Ortega-Murillo.