viernes, 29 de junio de 2018

El triunfal regreso de los conservadores

The greatest trick the devil ever pulled
 was to convince the world he didn't exist
The Usual Suspects, 1995



Escribo a un par de días de la elección para advertir que como indican todos los sondeos, la victoria mas probable es la de Andres Manuel Lopez Obrador y la runfla de impresentables que lo acompañan. He escrito mucho sobre los riesgos de esa alternativa, y en la medida que avanzo la campaña electoral los hechos demostraron que estamos al borde de un retroceso político, económico, legal, cultural, ecológico, científico y laboral. 

Una crisis multidimensional que puede cancelar el acceso al bienestar de mas de una generación y que sera una década perdida para la sociedad. El propio hecho de que ese personaje sea el candidato puntero revela que ya por lo menos desde la izquierda, perdimos casi dos décadas en términos políticos y las alternativas sociales se consumieron sin lograr nada. No hay representación de propuestas de izquierda social o de origen trabajador en la elección. Tampoco hay un contrapoder por fuera de la lógica electoral que pueda hacer contrapeso a la clase política.

La derecha liberal tampoco la tiene ganada, sus logros en construir una economía abierta al mundo y sus planes de re-conversión industrial hacia la manufactura de alta tecnología están a punto de hundirse bajo las políticas nostálgicas y anti-tecnológicas de un fanático. 

Lo primero a señalar es que todo el discurso económico que propone ese único monologante en el partido de los conservadores nostálgicos, es volver al pasado. Recurrir a las políticas económicas de los días mas oscuros de este país bajo el yugo del PRI. Y revivirlas con la ilusión de que esta vez tengan éxito. Para los mas viejos que vivieron esos tiempos, funciona ver esos episodios con nostalgia, no porque hayan sido días de éxito y desarrollo sino porque eran jóvenes y todo el mundo anhela su juventud perdida. La misma nostalgia se ha documentado en el espacio post-sovietico. Las penurias y los gulags no parecen tan graves cuando se ven desde la ilusión de volver a los días de juventud. 

Para los mas jóvenes, que por cierto son la mayoría, ese pasado no existe sino como historia. Y mas aun como una historia escrita desde los ojos de otros que los han educado para ser conservadores y cobardes. Temerosos de lo diferente. Los episodios de esa juventud conservadora y violenta no son pocos. Desde las golpizas a emos en la glorieta de Insurgentes que no fueron denunciadas como una aberración por las universidades y tribus urbanas (por el contrario ese pequeña tribu se extinguió a golpes por sus propios contemporáneos). Hasta el apoyo mudo a un partido evangélico que niega los derechos ganados por mujeres y comunidad LGBTI. 

 La masa de jóvenes que hoy ven a Lopez como un abuelo candoroso son incapaces de ver que ahí opera la estructura familiar tradicional, patriarcal e intolerante como modelo para el país. Desde el hecho de que su partido se denomine como una llamado a la "regeneración nacional" parten de una perspectiva moral de catalogarnos como una nación degenerada. La alternativa del conservadurismo a esa sociedad libertina es imponer una "constitución moral" un nuevo Manual de Carreño cruzado con los mandamientos bíblicos para establecer un estado de sumisión publica a dogmas religiosos. Ese renacimiento del conservadurismo religioso es una estrategia de poder. Por todo el país en los espacios donde el estado fracaso o desapareció, las iglesias prosperaron. La ultima gran batalla de los federales en Michoacan fue contra una guerrilla narco-católica. Aun no empieza nuestra yihad entre católicos y evangélicos cuando ambas iglesias ya recuperaron su espacio político en los partidos y van por el proyecto de imponer sus dogmas por ley en la vida publica. Todo con el ingenuo voto de una generación que disfruta de un espacio de libertades civiles impensable en el siglo pasado.

Sobre la fantasía económica de los 500 mil millones de pesos anuales, solo se puede decir que eso es pornografía estadística. Ese dinero no existe y si existiera no llegaría a manos del estado al reducir la corrupción, aunque esa es otra fantasía. No solo no hay ninguna estrategia contra la corrupción, el mito es que la bondad del líder y su ejemplo moral limpiaran las instituciones publicas. Puede parecer que esa afirmación es infantil y sin sentido, pero resulta aun mas absurda cuando se comprueba que el séquito de fieles ungidos por el líder son una pandilla de mafiosos corruptos.

 ¿Por que individuos que se afirman como sujetos críticos de la historia creen estas afirmaciones? Ese tema va a ser causa de investigaciones por años, pero sospecho que es la necesidad religiosa de las personas la que los llevo a caer en esa espiral de engaños. La demanda de las masas digitalizadas de la era del Internet es a encontrar la "espiritualidad". Están buscando un significado trascendente en sus vidas vacías y esa religiosidad sin misas dominicales les viene bien. Les permite asignarse un dios personal sin necesidad de cultos rigurosos. Ya instalados en ese espacio, creer los dichos de un guru, por mas alucinado que sea, es una tarea sencilla. Esa misma lógica llevo a la sociedad estadounidense a apostarle a un rednick como Trump, llevo a jóvenes europeos, descendientes de migrantes que vivían en estados de bienestar, a lanzarse a la aventura suicida del estado islámico. Y esa misma lógica mantiene el favor internacional a movimientos anti-democráticos y confesionales por parte de una sociedad que se quedo sin herramientas para entender la historia con la caída del muro.

Este barco suicida nos impulsa a una catástrofe ecológica y científica. Los sueños nostálgicos de Lopez Obrador se sustentan en la venta de petroleo, en gastar dinero en la construcción de refinerías y en repartir recursos desde fuentes imprecisas. Esos proyectos ignoran desde el inicio la ciencia y el cambio climático. Aun cuando somos uno de los países mas vulnerables a los afectos de este fenómeno, la política sera actuar en contrasentido a las evidencias subsidiando gasolinas, destinando inversión publica a refinerías. Tal como sucedió en la Ciudad de México cuando aposto a construir una vía elevada, elitista e innecesaria para congraciarse con las clases altas, Lopez Obrador dilapidara recursos millonarios con opacidad para satisfacer las fantasías -rápidas y furiosas- de los automovilistas, aunque con eso se cargue el medio ambiente.

En temas científico-técnicos como el agua o los transgenicos ya ha demostrado que se rodeo de la peor congregación de fanáticos anti-tecnología como Elena Alvarez-Buylla. Mientras la biotecnología nacional proveniente de entidades publicas se empolva sin poder ayudar a los campesinos a trascender su pobreza. Neohippies que no son pobres, ni lo han sido nunca, marcaran la agenda integrista para rechazar las innovaciones agrícolas. Con su turbia alianza con los evangélicos otros temas científicos como los vinculados con la medicina se van a encontrar con impedimentos de orden moralista.

En el mundo del trabajo asalariado, los viejos charros sindicales recuperaran terrenos perdidos y serán presentados como salvadores de los obreros. Desde ya esto es así, los operadores de Gordillo y el propio Gomez Urrutia ya son parte del consorte legislativo que acompañara a Lopez Obrador en el poder. Como en una alegoría a 1984 la neolengua ya opera contra los espacios que incomodan al lider, la prensa no alineada recibe ataques e insultos. Las redes socio-digitales son por ahora el campo de las amenazas. No es irreal que las huestes adictas pasen esos limites cuando se envalentonen con la victoria en las urnas.

Lo mas pulido del conservadurismo, con sus medios tradicionales como la TV, con pasquines propagandísticos como la Jornada y con bandas de jóvenes que juraran lealtad a este nuevo proyecto retrograda van a costar por lo menos una década de desarrollo. Y no llegaremos ahí por un Coup d'état Sera por el apoyo real de una mayoría electoral que aun cuando no representa la mayoría de la sociedad, es el sector que determinara el relevo presidencial.

 Irónicamente, para millones de personas este conservadurismo nostálgico priista, puede ser catalogado como un proyecto de izquierda. Como todas sus otras fantasías políticas, esa visión nos costara caro como sociedad.












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