jueves, 5 de noviembre de 2020

Las falsas defensoras del arte indigena II.

La lamentable secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, envía una carta a la diseñadora francesa Isabel Marant protestando por un supuesto robo a los diseños tradicionales michoacanos. No es la primera vez que tenemos un episodio como este, además este affair se enmarca en el clima de nacionalismo rancio promovido por el inquilino de palacio y su mandadera-esposa, que dentro de su milenarismo quieren hacer coincidir conmemoraciones sin relación para mantener el circo de gobierno (la fundación de Tenochtitlan se conmemora hasta 2025). Esta vez la inflamada gresca ha sido secundada por una parte del senado y por algunos notables investigadores de los textiles indígenas, donde destaca Martha Turok, una investigadora integrista bien conocida en el mundo del diseño; y por Susana Harp, la cantante que funge como senadora y preside la comisión de cultura del Senado de la Republica. 


La apropiación cultural, aunque les duela en el nacionalismo, no es un robo. Ejemplos sobran, eso que llamamos "China Poblana" es un revoltijo de textiles llegados de Asia con ideas de recato impuestas por los españoles. Los infames vestidos de "naguas" largas que usan las corredoras raramuris, son coloridas copias de las prendas que se usaban en las cortes europeas. La realidad es que el pueblo raramuri desciende de la cultura Mogollon, es decir, pueblos mayormente nudistas que usaban pintura corporal, adoraban deidades naturales y no tenían esa absurda fama de corredores sino hasta la llegada de los misioneros católicos que los evangelizaron. 

 Una olla de tipo mimbres, asociada a la cultura Mogollon, encontrada en  el racho Swarts, muestra a un cazador que regresa a casa con un ciervo. Los personajes no usan los vestidos europeos que hoy identifican a los corredores raramuris, que se autodestruyen usando esos atuendos en ultramaratones. Museo Peabody de Arqueología y Etnología .

La actual vestimenta raramuri y su origen en la moda europea del siglo XVI, esta ropa les
fue impuesta por los misioneros católicos en los siglos XVI-XVII, y la mantuvieron los 
misioneros protestantes en el siglo XIX.


Ya lo decía Eduardo Galeano en su libro -Las venas abiertas de América Latina- : 

"Los turistas adoran fotografiar a los indígenas del altiplano vestidos con sus ropas típicas. Pero ignoran que la actual vestimenta indígena fue impuesta por Carlos III a fines del siglo XVIII. Los trajes femeninos que los españoles obligaron a usar a las indígenas eran calcados de los vestidos regionales de las labradoras extremeñas, andaluzas y vascas, y otro tanto ocurre con el peinado de las indias, raya al medio, impuesto por el virrey Toledo". 

Pero mientras la hipócrita de Susana Harp (feliz empleada de Ulises Ruiz cantando encima de los muertos de Oaxaca) y la lamentable secretaria Frausto derraman lagrimas de cocodrilo por una prenda, el sector cultural de este país se muere de hambre. Los tontos útiles del ridículo video "yo te amlo" dan maromas para no reconocer que son cómplices del desastre nacional, la chairiza mas abyecta se apresura a dirigir sus odios a lo "extranjero" y los pocos recursos públicos para cultura que sobreviven al austericidio, se gastan en pleitos idiotas o en viajes de la esposa-mandadera de palacio. Personajes como Martha Turok cosechan fama por su victimista visión de los artesanos y de paso se construye un conservadurismo que pretende congelar el tiempo y negar que la interculturalidad no es un proceso terminado sino la dinámica misma del mundo. Estas batallas por la pureza ignoran la historia y contribuyen a la visión del indígena torpe y derrotado que requiere ser salvado por los bienhechores mestizos. Son la enésima representación del salvaje como antiguo ejemplo de justicia en que se construyo la mitología europea (Bartra). 

Cuando empecemos a dialogar con los pueblos indígenas sin verlos como niños incapacitados, podremos dejar de alimentar a los pequeños aspirantes a tiranos que desde la defensa a ultranza de "lo tradicional" inflaman formas de nacionalismo que siempre evolucionan a algun tipo de violencia. Como lo dije en el texto previo sobre este tema: "si hay formas de colaboración francas entre pueblos originarios y empresas. Requieren de dos cosas: que ambas partes estén dispuestas a dialogar; y poner sobre la mesa que tanto se esta dispuesto a compartir de cada lado.Quizás si dejaran de ver a los indígenas como discapacitados y les incluyeran en la promoción comercial de este país (un área que esta prácticamente muerta en este gobierno) estos pueblos podrían llevar su trabajo y su talento a todas partes."

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