miércoles, 4 de abril de 2018

Lluvia de miércoles por la noche

Estación de metrobus la joya, la tormenta formo una inundación cubierta de granizo


La zona sur de la Ciudad recibió un golpe de lluvia que necesariamente lleva a pensar en la relación entre el agua y la Ciudad. Lo primero que se puede detectar en una búsqueda de datos precisos sobre este evento es que la capital tiene una red muy pobre de monitoreo meteorológico. Muchas de las estaciones meteorológicas automáticas (EMAS) de la red del Servicio Meteorológico Nacional, no captan datos sobre precipitación. A pesar de estar en una época donde la microelectrónica se usa masivamente, no hay iniciativas sociales para el monitoreo ambiental. No hay redes ciudadanas que aborden los temas climáticos con datos obtenidos por estaciones propias y no hay un abordaje institucional serio en mejorar las capacidades de medición de datos ambientales. La única mejora reciente fue la compra por el gobierno de la Ciudad de un radar de banda X que no operara sino hasta finales de este mes.
El nuevo radar de banda-X que se colocara en el cerro de la Estrella para
advertencias tempranas de tormenta

Con los datos actuales las advertencias de lluvias provienen de radares y satélites, el nivel de precisión por microrregion en la ZMVM es muy baja. La alerta que pudo emitir la CONAGUA a las 20:09 no podía señalar la intensidad por zonas. Si quisiéramos usar datos en sitio, la única estación al sur de la Ciudad con datos de precipitación esta en la reserva ecológica del pedregal 

Advertencia de la Conagua sobre inminentes tormentas, el punto amarillo indica la ubicación de la única estación meteorológica automatica  al sur de la ciudad que registra precipitación, el punto verde indica el área mas
 afectada por la lluvia
Esta incapacidad técnica junto con la total falta de políticas publicas para el manejo del agua de lluvia nos tiene en una crisis de dimensiones absurdas. La ciudad esta a merced de inundaciones, pero no recarga sus mantos acuíferos. Enviamos el agua de lluvia al drenaje sanitario y traemos agua desde el Cutzamala. Tenemos carencia de agua en la ciudad, pero no podemos manejar el volumen de agua de lluvia que recibimos. 

A la par de esto, tenemos redes de infraestructura de transporte, de electricidad y datos, que son especialmente vulnerables a las tormentas. El metro o las redes de autobuses y metrobuses urbanos tienen desde retrasos hasta paros técnicos cada tormenta. Esta noche vimos como el metrobus fue incapaz de operar en zonas inundadas y como se tuvo que recurrir a cuerpos de rescate para evacuar personas atrapadas en las avenidas. 

El transporte particular resulto igualmente afectado, y la infraestructura que se construyo especialmente para ese medio -el segundo piso del periférico- resulta ser un foco de agravamiento del problema al no tener contemplado en su diseño el manejo o captación de agua de lluvia. Debajo de sus carriles, la inundación continuo con el agua que se canaliza desde arriba. 

La intensa tormenta que en apenas unos minutos inundo esa zona de la Ciudad, es una muestra de lo que podemos esperar con temporadas de lluvia mas intensas e impredecibles producto del cambio climático. Mientras se siga sin abordar el manejo hídrico del valle de México y se gaste el presupuesto público en obras destinadas a fomentar transporte privado y no en mejorar la habitabilidad de la urbe, estaremos avanzando constantemente a una crisis cada vez mas difícil de resolver. 

Pico de lluvia detectado en la EMA DF27










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