sábado, 9 de enero de 2021

La interminable crisis del metro

La madrugada de este sábado, se presentó un incendio en las oficinas centrales del metro de la CDMX, se trató de un accidente eléctrico que ha dejado inoperativas 6 de las 12 líneas de la red, y todo indica que se trata de la mayor falla eléctrica del sistema en su historia. El incendio resultante le costo la vida a una trabajadora del sistema y causo lesiones a otras 27 personas. 



Sobre este accidente fuentes del sector de la Ingeniería Civil señalan que en general hay un retraso de por lo menos 6 años en la actualización de sistemas de comunicación y de centros de control. Al mismo tiempo hacen un señalamiento enfático a que este equipo no debería estar ahí. La ubicación de este transformador es un reflejo de la falta de actualización de los equipos eléctricos del metro. Se le ha mantenido en un edificio cuya infraestructura es muy vieja, tiene problemas de humedad y filtraciones y ha sido dañado sismos. Durante décadas se ha sobresaturado de funciones sin valorar los riesgos de operación.

Esta situación tiene una explicación muy clara, el metro opera con una pasmosa falta de recursos. Las brigadas de mantenimiento de la red eléctrica reportan que su trabajo es hacer parches improvisados a la red cada noche. Estas brigadas prácticamente trabajan los 365 días del año haciendo posible la operación con un mínimo de recursos. 

Además de estos factores, la geología de la cuenca de México y la explotación de mantos acuíferos para abastecer a la Ciudad, ha resultado en deformaciones del terreno que pueden llegar a provocar descarrilamientos o dejar inoperativos algunos segmentos de la red, esto ha sido señalado en investigaciones tales como el reporte Differential Subsidence in Mexico City and its Consequences to the Collective Transport System (Metro) de Solano-Rojas et al. donde se señala que la mayor deformación, y los mayores riesgos, se presentan  en las líneas 4, 5, 9, A, B y 12.

Pero las caras de esta carencia presupuestal son muchas, desde una actualización improvisada para implementar elevadores o colocar equipos de la red telefónica dentro de las estaciones. O la implementación de soluciones temporales como se hizo en la línea línea 7, donde se colocó un arco-techo prevenir que las goteras cayeran directamente sobre los usuarios.

Y quizás su cara más conocida, la canibalización de trenes para poder suplir refacciones que no se compran. 




Por su parte fuentes del sector eléctrico indican que las fallas que pueden provocar un accidente como el de hoy pueden estar en dos rubros:

- Una falla en el equipo, la cual consideran el escenario más probable. Siendo una falla que puede presentarse en dos elementos, el propio transformador o las protecciones eléctricas a su alrededor. En ambos casos, el escenario de una falla implica una fuga de aceite aislante y el posterior incendio del mismo alimentado por la chispa eléctrica.

Este escenario es más probable con equipos viejos y con un mal mantenimiento, las mismas fuentes señalan que los equipos del metro son en sí mismos obsoletos respecto a la tecnología actual.

-El segundo escenario es una falla inducida por un factor externo, es decir un sobre voltaje muy intenso que pudiera causar el daño al equipo. 

Es importante señalar que, durante un periodo de tiempo, el grupo KIO networks trabajo con el gobierno de la CDMX en la sustitución red fibra óptica metro, esta red estaba orientada controlar de manera digital las taquillas, las máquinas expendedoras, las cámaras de seguridad, monitoreo de trenes, monitoreo de equipos eléctricos y muchos otros sistemas de la red.  Sin embargo, en 2018 estos contratos se cancelaron por motivos políticos. La razón es que una de las accionistas de grupo KIO México era María Asunción Aramburuzabala Larregui, quien había trabajado con el gobierno de López Obrador en el Ciudad de México, pero se volvió presa del escarnio de este mismo personaje a su llegada a la presidencia. Por ello, en sintonía con acciones como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, Claudia Sheinbaum (quien opera como regenta a la orden del presidente, y no como jefa de gobierno) cancelo arbitrariamente los contratos con este grupo. Otro personaje señalado como responsable de este revés en la ejecución de proyectos de modernización de sistemas del metro es Arturo Artís Espriú, quien fue designado por López Obrador como Coordinador de la Estrategia Digital Nacional, un cargo dado a un personaje por demás anacrónico, las notas tras su nombramiento refieren que se trata de un personaje que no usa twitter y prefiere el correo postal. 

Lo único claro en el panorama es que el metro se enfrenta a su peor crisis, con un equipo vital incinerado, un presupuesto insuficiente, un charro sindical que navega entre bandos políticos para su beneficio personal, sin un subdirector de mantenimiento, con una mediocre y arrogante directora, sujeto a caprichos politos e inversiones mal hechas (elevadores, línea 12, aumento del pasaje), con infraestructura de más de 50 años de uso, con fallas y accidentes cada vez mas frecuentes, invadido por el comercio ambulante y con un plan maestro que contempla montos ridículos para sus proyectos de mejora (el plan maestro 2018-2030 no contempla presupuesto de largo plazo, se limita al periodo 2018-2014. Y en este periodo solo contempla 400 mdp para nuevos trenes, cada tren de la línea 12 tuvo un costo de 686.8 mdp). 

Incidentalmente, el metro también es víctima de la cancelación de la planta de termovalorizacion “el sarape”, esta obra iba a encargarse de abastecer el suministro eléctrico de la red sin depender de los sistemas de CFE, Pero también fue cancelada por Sheinbaum.

Así, el metro inicia el año 2021con un grave accidente industrial, con el 50% de su red inutilizada, con una trabajadora muerta, sin certeza presupuestal para su operación y con graves riesgos de seguridad para sus usuarios. Un caldo de monstruos que aun puede empeorar. 



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